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martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 6

En la cena, como Óscar ya había cenado, pude preguntarles a mis padres si lo de la telepatía era algo normal para mi, al ser la elegida. Me dijeron que por qué les preguntaba eso, y no tuve más remedio que decirles que le iba a preguntar una cosa a Pablo, y antes de decirle nada, ya sabía la respuesta. Entonces, cedieron y me dijeron que sí, que era normal, y que eran los primeros síntomas del poder. Esa noche, mis padres me explicaron los primeros síntomas del poder, y que uno de ellos, la telepatía, ya lo tenía. Me fui pronto para mi cama, quería descansar.
A la mañana siguiente, me desperté como si hubiera dormido toda la noche, que no era cierto. Que yo recordara, ese era el segundo síntoma del poder. Bajé a la cocina a desayunar y me encontré con que no había nadie, estaba todo vacío. Miré el reloj: ¡Las cinco y veinte de la mañana! Era algo extraño, pero cierto. Como no tenía sueño, me vestí y cogí el ordenador. Como me esperaba, no había nadie conectado. Pero así tenía tiempo para hacer unas cosas que tenía pendientes desde hace unas semanas. 
Pasaron dos horas y se despertó a mi madre. Me vio despierta, y me preguntó qué hacía. Le dije que llevaba mucho tiempo despierta y que no podía dormir. Fue a despertar a Óscar, y volvió a mi lado. Esta vez, para hacerme ella unas preguntas:
-Qué haces despierta? Tienes algún problema en clase? Tienes mala cara, estás enferma? Has dormido algo?
-De una en una, por favor-dije con tono irónico-.
-No te hagas la tonta, por favor. Necesito saber si te ha pasado algo estos últimos días.
-Si te digo la verdad, sí. Te cuento: David se va a vivir a Madrid y me ha dejado porque, según Gisela, dice que lo nuestro no va a funcionar a distancia. Y Pablo, mi mejor amigo, me ha mentido, y con algo muy importante para mí: David. Me ha dicho que tenía cáncer, creo que no se lo podré perdonar en la vida. 
-Perfecto! Por cierto, no fue su culpa. 
-Cómo que perfecto? No, ya sé que no fue su culpa, David lo contrató. 
-Sí, perfecto, ya no sufrirás más, cariño. No, haber, te lo explico: ayer, tu padre y yo fuimos a hablar con Gorik, y nos digo que sólo tenías que sufrir una vez más. E hizo que David y Pablo se sintieran atraídos por hacerte daño. Solo eso. 
-No entiendo, bueno, de verdad no entiendo a ese tal Gorok...
-Ya lo entenderás...-respondió mi madre cerrando la puerta de mi cuarto-
Creí que eso significaba: hoy tenemos que hacer cosas importantes así que no vayas a clase. Pero mis ilusiones duraron poco, mi madre volvió a abrir la puerta y me dijo que me preparara, que iba a llegar tarde al instituto. Iba a apagar el ordenador cuando vi que David se conectara y me había hablado. No le dije "hola", le pregunté por qué me dejara. Me contestó más rápido de lo normal: porque me mudo a Madrid. Entonces, le pregunté si tenía cáncer. Me contestó que no, y que quién me había dicho eso. Le dije que fuera Pablo.
En el instituto, al llegar, le busqué y hablamos de lo mismo. Y me contó la verdad. La verdad era todo lo que me había dicho Gisela. También me dijo que él me seguía queriendo, pero sabía que en Madrid, como iba a estar desesperado por no poder verme, iba a ligar con otras chicas, y a mi no me iba a gustar. Entonces, prefería cortar conmigo. Sinceramente, yo también podía hacer lo mismo y a él tampoco le gustaría. 
En casa, como siempre, lo mismo. Menos porque, me habían apuntado a clases de matemáticas avanzadas! Y se me daban fatal... Creo que eso nunca lo va a saber nadie más, excepto Gisela, que sigue siendo mi mejor amiga. Si alguien lo supiera, no se acercarían a mi en mi vida, y perdería toda mi reputación, que ya es poca...

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